Sobre un empinado cerro a orillas del río Corbones, su emplazamiento es rico en restos arqueológicos. Debió tener continuidad de poblamiento desde el Bronce hasta el Medievo, con mayor importancia en los periodos ibérico, romano y musulmán. El conjunto debe ser obra musulmana con restauraciones medievales cristianas.

Es de perímetro irregular, conservando un doble recinto que guardaba una pequeña ciudad y su alcazaba, con muros de mampostería de sillarejo con algunos refuerzos de cantería, defendido por cubos de planta rectangular construidos con sillarejo y concertado. También mantiene restos de un aljibe.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.