Si así es la puerta, como será la fortaleza.
Marchena, situada en la Campiña Sevillana, lejos de las montañas y rodeada por tierras de albarizas y olivares, se ha servido de la bondad de sus tierras para ser una ciudad de serena belleza.
Para llegar a la “Marsenʿah” musulmana, necesitamos franquear el Arco de la Rosa, nombre que recibe la Puerta de Sevilla, uno de los cuatro accesos del antiguo recinto amurallado de Marchena.
El nombre del Arco de la Rosa surge de una antigua leyenda sobre un capitán cristiano y una princesa mora. Un amor imposible de los tiempos de la Reconquista.
Atravesar esta bella puerta, es sumergirte en un laberinto de calles silenciosas, que encadenan las quietas plazas que jalonan el barrio de San Juan.
En lo más alto de la antigua ciudad, donde se encontraba la antigua alcazaba, y junto la Iglesia de Santa María de la Mota podemos reponer fuerzas y descansar en la hospedería del mismo nombre.
Tal vez nos sorprendamos, entre sueños, sujetando entre las manos alguna de las rosas que cada día la princesa arrojaba a su enamorado.
26 de diciembre de 2018
