Las 136 viviendas se distribuyen en once piezas lineales enfrentadas dos a dos, salvo las tres últimas del extremo oriental de las que dos giran en dirección norte para embocar la calle que nace. Las piezas se configuran por las viviendas de dos plantas, adosadas entere sí y enfrentadas en cada par de hileras. Se trata de viviendas de dos, tres y cuatro dormitorios que comparten la misma solución de planta baja (patio frontal, estar-comedor, escalera lineal transversal a la parcela, dormitorio, cocina, aseo y patio trasero), y que, en planta primera, ven incrementar el número de dormitorios de uno a tres.
La apuesta por la repetición de volúmenes blancos caracteriza y da fuerza a la serie que adquiera su mayor interés en la implantación: al evitar el paralelismo de las piezas enfrentadas entre sí e introduciendo ligeros quiebros que fracturan levemente algunas hileras, los autores controlan la percepción del conjunto, apostando por miradas introvertidas que acaban mostrando constantemente el propio proyecto.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.