Se trata de un paseo longitudinal separado en su perímetro del viario por una reja de fundición, con entrada principal desde su embocadura en el extremo más próximo al centro urbano.
Queda estructurado por un paseo central, recto y bien dimensionado a manera de salón, y dos sendas laterales: la más próxima a la carretera según un trazado sinuoso en el que las pequeñas construcciones de servicio adoptan forma de sencillos pabellones, mientras que la opuesta se abre como un balcón continuo sobre las cotas ligeramente exteriores de la misma manzana.

El paseo central incorpora los elementos arquitectónicos más característicos. En el centro de la glorieta de acceso, de la que parten los tres caminos mencionados, una fuente-surtidor circular (con un surtidor central y una corona de surtidores menores que quedan recogidos en la única "taza" que la forma) rodeada de un arriate de flores a nivel de suelo. A lo largo del paseo, en su eje, dos estanques revestidos de cerámica vidriada en damero blanco y azul (con surtidores laterales para formar una arquería con sus chorros), que dividen el paseo en dos, lo que se refuerza con un arriate central plantado de palmeras. Por último, en el extremo del salón, inmediato a la entrada, un gran pabellón, rectangular terminado en ábside circular que da la espalda a la población. Este edificio, elevado sobre la cota del paseo, se convierte en un lugar privilegiado para su contemplación. Queda fechada su terminación en 1927 por el maestro de obras Diego Jiménez.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.