El caserío de esta hacienda es sin duda merecedor de un estudio en profundidad, aunque, lamentablemente, se encuentra en estos momentos en un delicado estado de conservación, habiendo ya perdido parte de los elementos originales y sufrido transformaciones que complican la reconstrucción de su fisonomía primitiva.

El caserío se desarrolla en torno a dos núcleos: el principal y más antiguo, que cuenta con dos patios sucesivos, y uno más modesto que parece posterior. El primer núcleo está prácticamente cerrado al exterior, con una tapia rematada por almenas por fachada en cuyo centro se abre un sencillo vano coronado por arco escarzano de ladrillo, la portada principal de la hacienda. Sobre este arco campea el mencionado escudo de piedra con los dos calderos de los Guzmán, rematado por una celada coronada. Aunque es difícil datar este interesante detalle del edificio, la volumétrica hojarasca que lo enmarca parece apuntar al siglo XVIII. Esta portada culmina en una sencilla espadaña, que todavía conserva su campana.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte