Guillermo Vázquez Consuegra ha dicho al respecto que es uno de los episodios más sobresalientes de las construcciones agrícolas del campo sevillano. Desde luego se trata de un edificio del máximo interés arquitectónico que goza de buen estado de conservación en su mayor parte. Destaca la absoluta armonía y la elegancia de sus proporciones, la simplicidad de sus elementos, la pureza de sus volúmenes y, sobre todo, su maridaje con el entorno.

El caserío de Clavinque se articula en torno a un amplio patio empedrado. La fachada, de elevado alzado, está centrada por una sobria portada que recuerda a la de la cercana Hacienda de Cañada Honda, en Carmona, resuelta mediante un arco entre pilastras y frontón carente de entablamento, coronada por una espadaña.

Flanqueando el patio se encuentran las dos dependencias productivas más importantes: a la izquierda el lagar y a la derecha el molino de aceite. El sector del antiguo lagar ¿que aún mantiene esta denominación entre los habitantes de la hacienda¿ conserva la capilla donde encajaba la viga de la prensa en la base de la torre de contrapeso, hoy coronada por un mirador de espectacular vista.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.