El Instituto Nacional de Colonización, organismo franquista que promovió la transformación agraria por la puesta en riego de las tierras, dictó disposiciones derivadas de las redactadas por el ingeniero agrónomo Miguel Cavero que unificaban criterios de ordenación tanto en lo referente a la ubicación (con centro cívico, zona verde y zona residencial), tamaño, dotaciones básicas (iglesia, ayuntamiento, escuela, asistencia sanitaria), espacios públicos y circulaciones (que solían separar las de personas de las de animales), posibilitándose la diversidad que evitaba la repetición formal. Junto a las preferencias de José Tamés por incorporar elementos tradicionales de cada zona, rematando perspectivas con edificios singulares, simplificando los detalles de la arquitectura de gusto popular.

La organización del poblado es muy sencilla: las construcciones comienzan en la Plaza Mayor, que queda abierta al medio natural en la mitad de su trazado, con una sucesión de pequeñas manzanas atravesadas por una calle pasante bajo el caserío (San Francisco) en dirección norte - sur, cuyo esquema se repite en su lado oriental con otras dos manzanas giradas noventa grados respecto a las anteriores, con dos calles pasantes en dirección este - oeste (Vallehermoso y Armentilla), completado todo el esquema con otras pequeñas manzanas que rodean las anteriores y con un campo de deportes situado en la zona más al norte del poblado.

Fuente: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.